La Generación del 98 es el nombre con el que se ha reunido tradicionalmente a un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social acarreada en España en el último tercio del siglo XIX. Este fue muy negativo para la sociedad española a causa de una serie de problemas que concluyeron con el Desastre del 98. Políticamente, la alternancia entre los conservadores y los liberales en el poder no satisfacía a una población descontenta que sufría dificultades económicas, así como el atraso económico del país. Aparecieron grupos políticos anarquistas y socialistas, además de los carlistas, que intentaban aportar las soluciones que los conservadores y los liberales no hallaban.

Cuba, Puerto Rico y Filipinas eran las últimas colonias de ultramar que España poseía hasta ese momento. Las guerras coloniales que se habían iniciado en 1895 fueron minando poco a poco la moral y la economía de un país ya de por sí desmoralizado ante el desmoronamiento que se presentía. El 1 de mayo de 1898 las tropas españolas fueron derrotadas y aniquiladas. Esta humillación hizo que la conciencia de los españoles se tambalease y se intentasen buscar soluciones ante el declive imparable de España, que unos años antes había sido la principal potencia mundial.
Se inspiraron en la corriente crítica del canovismo denominada regeneracionismo y ofrecieron una visión artística en conjunto en La generación del 98. Clásicos y modernos.
La firma del Tratado de París significó el fin de un sueño. La anterior grandeza había quedado reducida en unas horas a ceniza. La entrega de Cuba, Filipinas y Puerto Rico obligaba a replantearse el camino que el país llevaba, y en este contexto, en esta situación, un grupo de intelectuales se pusieron manos a la obra: había que analizar las causas de la decadencia y, por supuesto, buscar soluciones. A esto se dedicaron los noventayochistas.
Y los más importantes autores de esta generación; Azorín (El alma castellana (1900); La ruta de don Quijote (1905) ), Antonio Machado ( Soledades y Campos de Castilla, sobre todo), Pío Baroja ( La raza; La lucha por la vida , 1904).
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